Bienvenido al lugar con más anécdotas y curiosidades sobre esta danza.
¿Sabías que hay un museo de danza oriental?
Las bailarinas del vientre al estilo que hoy se conocen, las bailarinas de
sala de fiesta, aparecieron hace muy poco más de un siglo, durante la
colonización inglesa de Egipto. Antes de esa época, era normal que los hombres
bailaran, tanto aficionados como profesionales. Si los bailarines hombres
desaparecieron, fue porque los colonizadores británicos quisieron “civilizar” a
los pueblos “primitivos” o “decadentes”. Los británicos invadieron Egipto, pero
no Turquía: lo que les ocurrió a los turcos es que se sintieron inferiores a
Occidente y rechazaron sus propias costumbres. En los años 20 se prohibió en
este país el uso de velo y de ropa oriental, y la escritura árabe se sustituyó
por el abecedario occidental. También se prohibió la danza profesional
masculina.
Gran parte de la actitud de los británicos hacia Egipto provino del libro de W.E.
Lane Manners and Customs of the Modern
Egyptians (Usos y Costumbres del Egipto Actual). Lane se escandalizó al
ver que los egipcios no consideraban que bailar fuera inmoral, y utilizó el dato
de que existían bailarines hombres para ilustrar que eran un pueblo necesitado
de civilización, y moralmente inferior a Occidente.
Al culminar la ocupación británica de Egipto, el baile masculino desapareció
casi por completo, y la clase alta local entró en un rápido proceso de
"occidentalización", despreciando la cultura y costumbres locales. Al mismo
tiempo, los británicos en su hipocresía, acudieron en masa a Oriente Próximo en
busca de exotismo. Aumentó la prostitución y en 1926 surgió la sala de fiestas,
dedicada exclusivamente al público occidental, en la que se inventó la
“bailarina oriental”. La sala pertenecía a una mujer libanesa, Badia Masabni.
Las bailarinas eran todas mujeres de piel clara que bailaban con un estilo
totalmente nuevo y que por primera vez llevaban la cintura a aire.
Los egipcios interiorizaron rápidamente que el baile (todos los bailes y muy en
especial el Raks Sharki) son inmorales, que bailar es realizar una exhibición
sexual, y que los hombres que bailan son afeminados. Y como los bailes
tradicionales anteriores están muy poco documentados, apenas se conserva la
historia de la danza masculina.
Por puro sentido común, una profesional que baile un mínimo de una o dos
horas diarias no puede estar gorda: está quemando demasiada energía. Puede estar
llenita, redondita, si esa es su constitución. Lo que ocurre es que es posible
ser una bailarina excelente estando gorda. A
diferencia del ballet, la danza contemporánea, la gimnasia rítmica, o el musical
estilo Broadway, por poner algunos ejemplos, el peso no va en contra de la
bailarina oriental.
Al igual que en flamenco hay muchos palos, y unos van bien con un cantante y
otros no, el tipo físico de la bailarina dicta que algunos movimientos lucen más
que otros. Una bailarina gorda o de carnes blandas (que no es lo mismo: se puede
estar delgada y con el músculo sin tonificar) puede vibrar mucho con poco
esfuerzo. Es decir: el mismo movimiento rápido produce en una bailarina fofa
mucha más vibración que en una bailarina atlética. Esa bailarina atlética de
músculos definidos probablemente tenga más gracia y elegancia al mover los
brazos y al realizar ondulaciones. Además, una falda de talle bajo y que enseñe
la zona central le sentará mejor a una bailarina que, con o sin barriga, tenga
la cintura estrecha. La bailarina de cintura ancha o caderas estrechas tendrá
que mover las caderas con más energía para que su trabajo se vea bien.
Más ejemplos de cómo la figura influye en el baile: una bailarina de poco pecho
y otra que lo tenga abundante tienen la misma musculatura, pero la primera podrá
sentirse más cómoda al realizar movimientos de la caja torácica. El mismo
movimiento, que en esa bailarina parece correcto técnicamente, atlético,
elegante, en la segunda bailarina resultará mucho más sensual, y más descarado.
Una bailarina alta y esbelta puede sentirse torpe, y puede que tenga que luchar
contra años de intentar encogerse, pero una vez que supera los complejos, las
ondulaciones de cualquier parte del cuerpo le lucen más. Una bailarina más
bajita ondula menos, pero los ojos del público no se distraen con tanto brazo y
tanta pierna, así que podemos concentrarnos en el trabajo de las caderas.
En algunas partes los espectadores acostumbran a pagar a las bailarinas directamente con monedas o billetes lanzados al suelo o puestos en el cuerpo (entre el vestido y el cuerpo, normalmente en la cintura) de la bailarina. No hay ninguna otra forma de danza en la que esto ocurra. El origen de los cinturones y otros adornos con monedas en los trajes de las bailarinas está ahí, pues ellas acostumbraban a coserlos en su cintura para asegurar la posesión de las monedas.
Aunque la danza oriental se originó como danza del pueblo o folclore, ella tiende a ser realizada en espectáculos por bailarinas profesionales. En comparación con las danzas folclóricas, las cuales tienden a ser un conjunto de movimientos más simples para grandes grupos de personas, la danza oriental evolucionó hacia movimientos más sofisticados que requerían de mucho entrenamiento y hacia que la actuación brindada por una bailarina solista resultara en un estilo aparentemente improvisado y el baile en grupo de dos o tres bailarinas lo fuera con una cierta coreografía.
La bailarina de danza árabe debe dar todo de sí en lo que a entrega se refiere: de sus pensamientos, de sus movimientos al compás de la música, de su espiritualidad y de sus sentimientos. La verdadera bailarina no está pensando tanto en hacer un show, aunque, obviamente, espere aplausos al final de su espectáculo, sino más bien, en si ella logrará que el público capte lo que ella quiere expresar a través de su baile. Que si transmite belleza y sensualidad, sean éstas naturales y, por sobre todo, con el respeto de la audiencia.
Aquí no se trata de si el paso estuvo bien hecho o no, pues se trata de una bailarina y, por lo tanto, para ella no hay pasos complicados que seguir, los brazos estarán arriba, abajo, a los lados, con las manos entrecruzándose o no: no importa. Lo que sí importará es si, mediante la música, su baile, su danza árabe, logró transmitir a los demás su sentir. ¡ Y el público lo entendió así !
Esta denominación de “danza del vientre” hace demasiado énfasis en las variedades que se practican con el abdomen descubierto. ¡No todas las danzas del vientre enseñan siquiera la barriga! ¿Sorprendidos? En Egipto, origen de los estilos más conocidos, hace décadas que es ilegal que las bailarinas lleven destapada la zona central del cuerpo. En otros lugares del mundo, no es que sea necesario, sino que los trajes tradicionales cubren todo el cuerpo.
Se puede conseguir separar los músculos del interior y de alrededor de la pelvis, de otros grupos musculares del cuerpo como son, por ejemplo los del estómago, por medio de movimientos circulares de la cadera o con movimientos bien diferenciados de la pelvis de tal manera que las relaciones sexuales sean más gratificantes y al mismo tiempo la persona tiene más salud y bienestar